Los yukpas pertenecen a la
familia lingüística del caribe. Antiguamente se denominaban Yukos, nombre que
cambiaron por significar algo peyorativo. Habitan la serranía del Perijá que se
comparte con la vecina república Bolivariana de Venezuela.
Son portadores de una
historia ancestral en la que también ha habido guerras internas y otras para
defender su territorio, lo que les ha valido la fama de aguerridos nativos. En
el historial de Becerril quedan escritas páginas de los tiempos en que aún no
se habían pacificado palabra que se usa en este caso y todo por cuenta de la
defensa a sangre y muerte de su
territorio ante el invasor de todos los tiempos, el watilla u hombre blanco.
Las cosas cambiaron a partir
de 1913 con el trabajo de monseñor Atanasio Soler desde Codazzi. En 1930,
iniciaron el pacto de paz en becerril e hicieron eco a las acciones catequistas
de religiosos católicos. Aún permanece la misión de las religiosas Lauritas en
lo alto del resguardo Sokorpa, este fue constituido mediante la resolución 165
del 5 de octubre de 1977, y a él están adscritos 14 asentamientos entre ellos
San Genaro e Ipica (bocas del Roncón).
Los cambios a fuerza de las
circunstancias
Un cambio ha sido su
sedentarismo, abandonando su nomadismo tradicional. Tiene que ver con la necesidad de respetar la tierra y no agotarla.
Además, obtienen sus alimentos de la naturaleza circundante, así sus
actividades son la caza, la pesca y la recolección de frutos, hierbas e
insectos de manera colectiva y desplazándose en todo lo que consideran du
territorio.